El consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno provocan enfermedades y muertes que pueden ser evitadas.
Los hábitos alimentarios no saludables favorecen la aparición de enfermedades que empeoran la calidad de vida.
El consumo problemático de alcohol es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles.
El sedentarismo afecta a gran parte de la población e incrementa las posibilidades de adquirir enfermedades.
El tabaquismo es una de las principales amenazas para la salud pública a nivel mundial ya que provoca devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, económicas y ambientales.
Argentina tiene una de las prevalencia de consumo de tabaco más altas de la región: el 22,2% de la población adulta fuma, en base a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2018) del Ministerio de Salud de la Nación. La edad de inicio al consumo ronda los 13 años. En nuestro país más de 44.000 personas mueren al año a causa de esta epidemia.
Sólo la acción de los gobiernos permitirá contrarrestar los devastadores efectos que la epidemia tiene para la salud pública.
La alimentación no saludable es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 del Ministerio de Salud de la Nación, el 66,1% de la población adulta de nuestro país tiene exceso de peso, el 40,6% tiene presión arterial elevada y solo el 6% consume la cantidad diaria recomendada de frutas y verduras. A su vez, el exceso de peso en niños, niñas y adolescentes está en aumento en los últimos años y afecta principalmente a los sectores más vulnerables.
El diseño e implementación de medidas que busquen reducir el consumo de nutrientes críticos y favorecer la adopción de hábitos alimenticios más saludables es un paso decisivo para avanzar en la protección de la salud.
La práctica regular de actividad física garantiza una mejor calidad de vida, previene enfermedades y protege la salud. Sin embargo, el aumento de estilos de vida sedentarios afecta a gran parte de la población mundial.
Alrededor de 1,9 millones de personas mueren anualmente en todo el mundo a causa de enfermedades asociadas con la falta de actividad física. En la Argentina, el 64,9% de la población es sedentaria, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2018) del Ministerio de Salud de la Nación. En adolescentes de 13 a 15 años, por su parte, menos del 20% realiza la actividad física sugerida para su edad.
El aumento de estilos de vida sedentarios requiere de la acción de los gobiernos y de un abordaje social, multidisciplinario y adaptado a las características locales.
El consumo problemático de alcohol es uno de los principales factores de riesgo prevenibles de las enfermedades no transmisibles. Además está asociado a muertes y discapacidad por accidentes de tránsito, lesiones intencionales y no intencionales, violencia, enfermedades infecciosas, entre otras.
Se estima que en la Argentina más de 8000 personas mueren cada año por enfermedades vinculadas al consumo problemático de alcohol.La edad de inicio al consumo de alcohol es a los 14 años.
Para reducir las enfermedades y los daños asociados al consumo de alcohol, los gobiernos deben avanzar con medidas que aumenten los precios de las bebidas alcohólicas y que prohíban de forma completa la publicidad, promoción y patrocinio de estos productos; entre otras acciones.