La actividad física es considerada un derecho humano, cuya práctica debe estar fomentada para garantizar una mejor calidad de vida y protección a la salud.
Hay evidencia de que, en Argentina, los índices de obesidad, sedentarismo y alimentación no saludable se han incrementado:
- Según la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) 2012, menos del 20% de los adolescentes de Argentina realiza la actividad física sugerida para su edad. Solo el 21,2% de los varones y el 12,4% de las mujeres son físicamente activos. Además, 1 de cada 2 pasa tres o más horas diarias sentado.
- De acuerdo a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 (ENFR) de la Secretaría de Salud de la Nación, el 64,9% de la población adulta presenta un nivel bajo de actividad física. Dicho indicador se encuentra aumentando de forma alarmante: en 2009 era del 54,9% y en 2013 de 54,7%.
- La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2010) del Ministerio de Salud de la Nación indicó una prevalencia de sedentarismo del 64,9% de las mujeres en edad fértil. En cuanto a obesidad, fue de 19,4% en este grupo y de 6,6% en niños de 6 meses a 5 años.
Durante las últimas cuatro décadas en Argentina se ha conseguido impulsar legislación e iniciativas importantes que promueven la actividad física. Estos programas y políticas dan cuenta de un reconocido trabajo en el área. El actual desafío es lograr un plan estratégico integrado para todo el país que se evalúe periódicamente y que logre reducir los índices de sedentarismo. En este sentido, es importante continuar trabajando para garantizar el acceso a la actividad física para toda la población argentina.