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Impuestos al tabaco


La creación o aumento de un impuesto al consumo de productos del tabaco incrementa el precio de estos productos y desalienta su consumo. En Argentina, si aumentara un 33% el precio real de los cigarrillos, el consumo de tabaco se reduciría en 10% y aumentaría la recaudación en $6.139 millones al año y se reducirían los costos sanitarios en $1.200 millones por año.

Los sectores más vulnerables son quienes sufren las mayores consecuencias sanitarias del tabaquismo. En comparación con los sectores de mayores ingresos, el riesgo de muerte atribuible al tabaco es un 40% mayor en fumadores de los sectores de bajos ingresos. Por este motivo, las políticas tributarias de control de tabaco generan un especial beneficio en niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, ya que son los jóvenes y en los sectores de menores ingresos los más sensibles al aumento de precios del tabaco.

El aumento del precio real de los cigarrillos:

  • Contribuye a que las personas que fuman abandonen el consumo
  • Disminuye la iniciación al consumo de los niños, niñas y jóvenes (potenciales fumadores)
  • Reduce la cantidad de cigarrillos que consumen los consumidores actuales
  • Reduce los incentivos para que los exfumadores recaigan en la adicción
  • Disminuye los costos sanitarios por enfermedades atribuibles al tabaco
  • Incrementa los ingresos fiscales

Dados los importantes beneficios que la política de incremento de impuestos al tabaco representan para la salud pública y para la economía, la comunidad internacional ha reconocido la necesidad de implementar esta medida en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT). En este sentido, el artículo 6 del tratado, en conjunto con los principios rectores y recomendaciones consensuados en 2012 durante la quinta Conferencia de las Partes (COP5), establecen que las Partes deben aplicar medidas impositivas dirigidas a la reducción del consumo de tabaco y reconocen que las medidas relacionadas con los precios e impuestos son un medio eficaz para que diversos sectores de la población, en particular los jóvenes y los sectores de menores ingresos, reduzcan el consumo de tabaco.

Tal es el impacto de esta medida que es considerada como una de las herramientas más poderosas para reducir las enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas, entre otras.