Si bien Argentina avanzó en la regulación del contenido de sodio en algunos grupos de alimentos procesados, aún se mantienen niveles muy elevados en los productos que consumen los argentinos. Salsas, carnes, snacks y comidas rápidas son los grupos de alimentos con mayor contenido de sodio.
(Buenos Aires, 29 de febrero) En el marco de la 10° Semana mundial de sensibilización sobre la sal, que se celebra desde el 29 de febrero al 6 de marzo con el fin de concientizar sobre la importancia de reducir el consumo de sal, la Fundación Interamericana del Corazón Argentina alerta sobre el elevado contenido de sodio en muchos grupos de alimentos que se comercializan y consumen en nuestro país.
A pesar de que Argentina es un país pionero en la regulación del contenido de sodio en los alimentos procesados, el 34% de la población es hipertensa y el consumo diario de sal duplica la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (5 gramos diarios, equivalentes a 2000 mg de sodio). Entre el 65% y el 70% de la sal que consumimos se encuentra en «forma oculta» en los alimentos procesados como panes, galletitas, carnes procesadas y snacks, en cuya elaboración suele incorporarse sodio que actúa como saborizante, conservante, entre otras funciones.
Las salsas y los productos untables (867mg de sodio cada 100g de producto), las carnes y los derivados cárnicos (750mg/100g), los quesos (653mg/100g), los snacks y aperitivos (644mg/100g), y las comidas rápidas (341mg/100g) son los grupos de alimentos con mayor contenido de sodio, en base a un relevamiento sobre 1320 productos realizado por la organización durante los años 2014 y 2015.
«En Argentina, la primera causa de muerte es la hipertensión arterial y su principal factor de riesgo es el consumo excesivo de sal. Para enfrentar este escenario es fundamental continuar profundizando la política de reducción de sodio ya existente en nuestro país y fortalecer su implementación. En paralelo, es necesario que el Estado implemente políticas integrales que promuevan hábitos alimenticios más saludables y protejan la salud. En este sentido, destacamos la necesidad de regular el marketing de alimentos no saludables; promover un mayor acceso a frutas, verduras y agua potable e implementar etiquetados más claros para que los consumidores puedan comprender de manera sencilla la calidad nutricional de los alimentos», declara Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina.
Las consecuencias para la salud del consumo excesivo de sal no están limitadas solamente a las personas con hipertensión arterial. Las recomendaciones para disminuir su ingesta están destinadas a toda la población incluyendo adultos y niños. Consumir elevadas cantidades de sal puede provocar enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, renales, osteoporosis, diabetes y cáncer. Disminuir el contenido de sodio en los alimentos procesados es una medida que protege la salud de la población y previene muertes. Si se logra reducir el consumo a 5g diarios de sal, se podrían evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares y por cada gramo menos de sal en la dieta, se podrían evitar 20.000 eventos cardiovasculares al año.