Las cifras reflejan una disminución moderada de la prevalencia del tabaquismo y un descenso significativo de la exposición al humo de tabaco ajeno en bares, restaurantes y lugares de trabajo. También muestran un aumento en el control de la presión arterial. Sin embargo, los índices de obesidad, exceso de peso y sedentarismo son alarmantes y reflejan la necesidad de continuar desarrollando e implementando políticas públicas que protejan la salud de toda la población.
El Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer los resultados de la tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para enfermedades no transmisibles, realizada entre octubre y diciembre de 2013. Las cifras marcan un fuerte aumento en los niveles de obesidad en la población (en 2005, era de 14,6% y, en 2013, de 20,8%) y en los niveles de sedentarismo (46,2% en 2005 y 55,1% en 2013). A su vez, en lo que respecta a los indicadores relacionados con el tabaco, las cifras que revelan la exposición al humo de tabaco ajeno son alentadoras: bajó del 52% en 2005 al 36,3% en 2013. Es especialmente destacable la disminución de la exposición a humo de tabaco en bares y restaurantes en los últimos años, que pasó de 47,2% en 2009 a 23,5% en 2013.
La prevalencia del tabaquismo también disminuyó, aunque de manera moderada: bajó un 2% de 2005 a 2009 y otro 2% de 2009 a 2013.
«Los avances obtenidos en materia de exposición al humo ajeno son importantes. Esto está ligado al avance de legislación de ambientes 100% libres de humo que se ha implementado en la última década, tanto a nivel provincial como nacional. No obstante, no debe perderse de vista que todavía 1 de cada 4 trabajadores continúa expuesto al humo de tabaco en su lugar de trabajo, de manera que es necesario continuar fortaleciendo los mecanismos de control para garantizar la adecuada implementación de la legislación que proteja la salud de todos los trabajadores sin discriminación. Asimismo es de resaltar que la implementación de políticas de control de tabaco ha llevado a una reducción del porcentaje de fumadores en el país. Sin embargo, la prevalencia es aún muy alta: todavía fuma el 25.1% de los argentinos. Esta situación continua siendo un grave problema sanitario que requiere profundizar la adopción de políticas de control de tabaco e implementar las medidas recomendadas por el Convenio Marco de Control de Tabaco, como el aumento del precio de los cigarrillos vía impuestos y la prohibición completa de publicidad, promoción y patrocinio. Estas medidas son efectivas para desincentivar el consumo de tabaco entre los jóvenes especialmente y son herramientas muy valiosas en la lucha contra la epidemia del tabaquismo», señala Verónica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina.
Uno de los datos más alarmantes que arrojó la encuesta fue el relacionado con el exceso de peso: el 57% de los argentinos tiene exceso de peso y 2 de cada 10 personas son obesas. A su vez, la prevalencia de obesidad es mayor entre varones y a menor nivel educativo. De estas cifras se desprende la necesidad de desarrollar e implementar políticas públicas que sean eficaces para prevenir la obesidad y favorecer la adopción de hábitos alimentarios saludables que alcancen a todos los sectores de la población. El relevamiento también dio a conocer que el promedio diario de consumo de frutas y/o verduras es de 2 porciones, muy por debajo de las 5 porciones recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
La obesidad y el exceso de peso están estrechamente vinculados con el sedentarismo. En base a los resultados de la Encuesta, más de la mitad de los argentinos (el 55%) presenta un nivel de actividad física bajo y la prevalencia es mayor entre las mujeres. La práctica regular de actividad física es un determinante del control de peso y reduce el riesgo de enfermedades como cardiopatías y accidentes cerebro-vasculares, entre otras.
Otro de los puntos analizados en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2013 fue el nivel de consumo de sal en la población. En este sentido, los resultados mostraron una disminución en la cantidad de gente que le agrega sal a las comidas después de la cocción (23,1% en 2005 a 17,3% en 2013). Si bien es cierto que este es un buen indicador de mayor concientización de la población sobre el tema de la sal, no hay que perder de vista que el 70% de la sal que se consume proviene de los alimentos procesados o industrializados, motivo por el cual será necesario monitorear la situación posterior a la implementación de la ley N°26.905 que entrará en vigencia en diciembre de 2014 y que fija los valores máximos de sodio que deberán alcanzar los grupos de alimentos en el plazo del primer año de vigencia. Las políticas que limitan el contenido de sodio en alimentos tienen una gran importancia, ya que el 34,1% de la población argentina tiene hipertensión arterial, según datos de la última encuesta.
Desde FIC Argentina, se destaca la importancia de realizar este tipo de relevamientos que permiten monitorear las tendencias y prevalencias de los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles. «Celebramos que la Encuesta de Factores de Riesgo se realice desde el 2005 ya que es un insumo fundamental para el diseño de políticas públicas que protejan la salud así como también es un indicador que permite vigilar y conocer la efectividad de las políticas que se están implementando para prevenir las enfermedades no transmisibles», sostiene Mariela Alderete, vicedirectora de FIC Argentina. Y agrega que «a la luz del alarmante crecimiento de la obesidad en el país, es urgente implementar políticas integrales que modifiquen los entornos obesogénicos y garanticen el derecho a una alimentación adecuada».
El consumo de tabaco, la alimentación inadecuada y la actividad física insuficiente son las principales causas de las enfermedades crónicas no transmisibles. Estas enfermedades provocan la muerte de 35 millones de personas cada año en el mundo. En Argentina, 6 de cada 10 muertes son causadas por enfermedades no transmisibles.