El dato se desprende de un nuevo monitoreo realizado por FIC Argentina sobre 864 productos procesados contemplados en la ley nacional de reducción del consumo de sodio. El grupo de cárnicos y derivados, que incluye productos como los embutidos frescos, es el que presenta mayor incumplimiento.
(Buenos Aires, 6 de marzo) En el marco de la Semana Mundial de la Sal, que se celebra del 4 al 10 de marzo, FIC Argentina difunde un nuevo análisis para evaluar el contenido de sodio en 3674 productos procesados y monitorear el cumplimiento de la ley nacional (n° 26.905), a 5 años de su entrada en vigencia. El relevamiento da continuidad a dos mediciones anteriores realizadas en el año 2012 y 2014.
La ley nacional n° 26905 establece metas de reducción de sodio con valores máximos permitidos para tres grupos de alimentos: productos cárnicos y derivados, farináceos y sopas. Del total de productos analizados en la investigación, 864 corresponden a los grupos y categorías contemplados en la ley.
A la hora de evaluar el cumplimiento, se observó que uno de cada diez de estos productos no cumple con las metas fijadas a la entrada en vigencia de la ley, siendo el grupo de cárnicos y derivados el que presenta mayor incumplimiento. Dentro de este grupo, la categoría de embutidos frescos presenta mayor porcentaje de incumplimiento (25,8%). A su vez, dentro de farináceos, existen productos como el pan lactal (con y sin salvado) con un nivel de incumplimiento del 13,9%.
“A cinco años de vigencia de la ley, es alarmante ver que aún hay tantos productos que exceden los límites. Por eso es necesario que el Estado monitoree su cumplimiento y obligue a las empresas a respetar las metas fijadas en la normativa”, señaló Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina. Y agregó: “En paralelo, es fundamental que el Estado favorezca mecanismos para que los consumidores sepan qué están comiendo. Hoy es muy difícil identificar en una lectura rápida el contenido de sal y de otros nutrientes críticos en los productos. Por eso, una de las políticas claves y urgentes a adoptar es un etiquetado frontal en los productos procesados y ultraprocesados donde el consumidor pueda advertir, de modo rápido y sencillo, la calidad nutricional de los alimentos”.
Las consecuencias para la salud del consumo excesivo de sal no están limitadas solamente a las personas con hipertensión arterial. Es por eso que las recomendaciones para disminuir su ingesta están destinadas a toda la población incluyendo adultos, niños, niñas y adolescentes. En la Argentina, según la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2013), el 34,1% de la población adulta es hipertensa y el consumo diario de sal duplica las recomendaciones de OMS. Si se logra reducir el consumo a 5g diarios de sal, se podrían evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares y por cada gramo menos de sal en la dieta, se podrían evitar 20.000 eventos cardiovasculares al año.