Hoy y mañana tendrá lugar la reunión de la Comisión Nacional de Alimentos, una oportunidad para que se discuta una normativa que busca reducir el contenido de grasas trans en los alimentos. El año pasado, la sociedad civil presentó una propuesta técnica en este sentido y piden que sea aprobada.
Por medio de una carta dirigida a la Secretaría de Calidad en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, organizaciones de la sociedad civil solicitaron que la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), en su reunión de esta semana, trate y apruebe la propuesta presentada por dichas organizaciones en septiembre de 2021 para reducir el contenido de grasas trans en alimentos.
La propuesta específicamente propone una modificación en el artículo 155 tris del Código Alimentario Argentino (CAA). Dicho artículo establece actualmente que: «el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a: 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y 5% del total de grasas en el resto de los alimentos, incluidos aquellos que son utilizados como ingredientes y materias primas». Las organizaciones solicitan que se establezca un límite máximo del contenido de ácidos grasos trans (AGT) de producción industrial del 2% respecto a las grasas totales en todos los productos, incluidos aquellos que son utilizados como ingredientes y/o materias primas, y que se prohíba el uso del aceite parcialmente hidrogenado.
Esta iniciativa fue impulsada por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC Argentina), la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (FUNDEPS), la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN), Consumidores Argentinos (CA) y la Sociedad Argentina de Nutrición en Alimentos Reales (SANAR) en septiembre de 2021 y desde entonces espera ser tratada por la CONAL.
“En la última reunión de CONAL la propuesta de la sociedad civil no fue discutida. Por eso creemos que esta nueva reunión es una oportunidad para que se trate la propuesta y nuestro país apruebe otra medida más que busca proteger el derecho a la alimentación y a la salud de nuestra población“, declaró Victoria Tiscornia, nutricionista e investigadora de FIC Argentina. Y añadió: “Estamos solicitando, además, que nos convoquen a la discusión para poder aportar información basada en evidencia y libre de conflicto de interés, que será de utilidad para la aprobación de políticas públicas que efectivamente reduzcan los índices de eventos cardiovasculares en Argentina”.
Sobre las grasas trans
Las grasas trans pueden ser de origen rumiante o producidas industrialmente (AGT-PI) a través de la hidrogenación de aceites, creando aceites parcialmente hidrogenados (APH) que aumentan la solidez y estabilidad de la grasa. Estas últimas se encuentran en productos como la margarina, galletitas, snacks, baños de repostería, entre otros ultraprocesados, así como también en productos de panadería y comidas artesanales elaboradas con grasas hidrogenadas.
La evidencia establece que los AGT-PI no son esenciales, no se requieren para ninguna función biológica en el organismo y no tienen ningún beneficio para la salud. Por lo tanto, los estándares internacionales recomiendan que su consumo se elimine de la dieta mundial.
En Argentina, se estima que la eliminación de las grasas trans de origen industrial sería sumamente costo-efectiva para la prevención de eventos cardiovasculares, ya que evitaría 1.517 muertes, 5.373 casos graves de cardiopatías coronarias y el gasto de hasta 87 millones de dólares estadounidenses por año en atención sanitaria. A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, a nivel mundial, más de 500.000 muertes cada año se deben al consumo excesivo de AGT-PI.