Además de los efectos perjudiciales que el tabaco tiene en la salud, la Organización Mundial de la Salud y distintas organizaciones regionales enfatizan este año en el daño que las empresas tabacaleras ocasionan al ambiente y proponen políticas para prevenirlo.
(Buenos Aires, 30 de mayo) Este año, en el Día Mundial sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama a reflexionar sobre los efectos perjudiciales que las empresas tabacaleras causan al ambiente. La entidad indica que estos daños al ambiente son enormes y van en aumento, lo cual agrava la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas. Bajo el lema “El tabaco: una amenaza para el planeta”, la OMS busca sensibilizar sobre el impacto ambiental del tabaco en todo su ciclo de vida: cultivo, producción, distribución, consumo y también por los residuos que genera.
Argentina no es ajena a esta situación y por ese motivo desde FIC Argentina llaman a ratificar el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) no sólo con el objetivo de que el Estado cumpla con sus obligaciones en materia de salud pública, sino también para generar una herramienta eficaz para proteger al ambiente de las acciones de la industria tabacalera, garantizando y promoviendo el derecho humano a un ambiente sano para toda la población.
“Actualmente en el Senado de la Nación hay un proyecto de ley que tiene como objetivo la ratificación del tratado. Esperamos que este proyecto avance y sea apoyado por todos los partidos políticos”, declaró Marita Pizarro, codirectora de FIC Argentina. Y agregó: “Argentina es el único país del Mercosur y uno de los pocos países del mundo que no han ratificado el Convenio, a pesar de haberlo firmado en 2003. Esto nos deja por fuera de las discusiones globales sobre las estrategias más adecuadas para luchar contra el tabaquismo”.
El CMCT es el primer tratado de salud pública que insta a los gobiernos a implementar políticas de control de tabaco con los mejores estándares para proteger la salud de las personas. El tratado no sólo busca proteger la salud de las personas, sino que además incluye al cuidado del ambiente como uno de sus ejes centrales. En este sentido, impone como obligación a los Estados Partes “la protección ambiental y a la salud de las personas en relación con el medio ambiente por lo que respecta al cultivo de tabaco y a la fabricación de productos de tabaco, en sus respectivos territorios”. Además, establece que los Estados deben garantizar el acceso a la información de las personas sobre “las consecuencias sanitarias, económicas y ambientales adversas de la producción y el consumo de tabaco”.
En esta línea, el viernes 27 de mayo, organizaciones de México, Brasil, Colombia y Argentina, realizaron una conferencia de prensa para difundir una Declaración Regional donde denuncian las prácticas de responsabilidad social de la industria tabacalera ligadas a los temas ambientales y condenan el daño que sus empresas ocasionan en los ecosistemas. La declaración, además, hizo hincapié en la importancia del Convenio Marco: por un lado, las organizaciones regionales hicieron un llamado a los países que ratificaron el Convenio a que implementen de manera integral sus medidas y, por otro lado, solicitaron que los países que aún no lo han ratificado, como Argentina y República Dominicana, lo hagan con urgencia.