El 31 de mayo de cada año se celebra el Día Mundial Sin Tabaco con el objetivo de concientizar a la población acerca de los riesgos para la salud asociados al tabaquismo y promover políticas públicas eficaces para reducir el consumo de tabaco. Este año la Organización Mundial de la Salud eligió como lema «Alto al comercio ilícito de productos de tabaco».
La industria tabacalera no debe participar en el desarrollo e implementación de políticas y estrategias para enfrentar el comercio ilícito de productos de tabaco ya que existe evidencia suficiente que señala que la propia industria ha propiciado el contrabando de cigarrillos e incluso ha participado directamente en el mismo. Sin embargo, las tabacaleras manipulan la información sobre comercio ilícito y la presentan como una amenaza con el objetivo de detener el avance de políticas efectivas para la reducción del tabaquismo.1,2,3,4
A continuación se enumeran algunos ejemplos bien documentados:
El comercio ilícito ha sido utilizado globalmente por la Industria tabacalera como un argumento para frenar la implementación de las medidas de control de tabaco, especialmente el aumento de impuestos, que constituye la medida de mayor impacto en la reducción del consumo de tabaco.5
La industria tabacalera ha realizado campañas de prensa para oponerse a políticas de control de tabaco efectivas, utilizando datos de comercio ilícito sin especificar una metodología clara6 y habitualmente sobreestimando el volumen de contrabando.7
La industria tabacalera financió la realización de informes de contrabando que luego utilizó para fundamentar la necesidad de mantener bajos los impuestos al tabaco.8
A partir de los documentos internos de la propia industria se ha comprobado que el contrabando ha sido impulsado como parte de sus objetivos.9 La industria tabacalera ha sido llevada a los tribunales en repetidas ocasiones debido a su participación en maniobras y acciones deliberadas tendientes a aumentar el contrabando y ha sido declarada culpable en varios casos en Canadá, Reino Unido y la Unión Europea.
En marzo de 2014, el International Trade and Investment Center, una organización apoyada por la industria del tabaco, afirmaba que el 84% de los cigarrillos vendidos en Panamá eran ilícitos. Estas cifras duplican las estimaciones de dos estudios independientes y confiables que señalaron las tasas de comercio ilícito entre 28% y 36%.10 Es preciso destacar que Panamá tiene fuertes políticas de control de tabaco y ha alcanzado una prevalencia de tabaquismo de 6,1%.11
En noviembre de 2014, el Reino Unido multó a British American Tobacco por exportar productos de tabaco a Bélgica que luego reingresaron a su país ilegalmente. Este mecanismo, conocido como «roundtriping» o «ida y vuelta» ocurre cuando la diferencia entre los impuestos en países vecinos es relativamente grande y es utilizado por las tabacaleras para evadir impuestos al consumo interno en un determinado país con impuestos altos. Se han detectado casos de contrabando «ida y vuelta» en Canadá, Brasil y Sudáfrica.12 Y recientemente en la Unión Europea.13
Paraguay es el mayor productor de cigarrillos ilegales en América Latina, con un 10% de todos los cigarrillos ilícitos provenientes de este país. Las fábricas de Paraguay producen 20 veces más cigarrillos que lo que el país consume.14
¿Qué deberían hacer los países de América Latina para luchar contra el comercio ilícito de productos de tabaco?
Los líderes políticos de América Latina deben rechazar los argumentos engañosos de la industria del tabaco sobre el comercio ilícito y continuar con una fuerte promulgación y aplicación de medidas de control del tabaco para mejorar la salud pública y salvar vidas.
En América Latina se necesita la aplicación de estrategias impositivas que disminuyan la asequibilidad a los productos de tabaco y que tengan como objetivo mejorar la salud pública. Esta es la medida más efectiva, pero la menos aplicada en la región. La industria tabacalera se opone ferozmente a ello, y usa como principal argumento el aumento del contrabando.
Los países pueden enfrentar el problema del comercio ilícito de tabaco mediante la adopción y aplicación del artículo 15 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y la ratificación de su protocolo, incluyendo la aprobación de disposiciones como: el desarrollo de sistemas de seguimiento y localización, y la cooperación con otros países para vigilar el comercio transfronterizo de productos de tabaco.
Según lo establecido en los artículos 5.3 Del CMCT de la OMS y el preámbulo del Protocolo de Comercio Ilícito del Tabaco, los países deben «garantizar que cualquier interacción con la industria del tabaco (para abordar el comercio ilícito) se lleven cabo con la máxima transparencia».
Habida cuenta de la evidencia que demuestra que la industria tabacalera ha promovido el contrabando de cigarrillos como parte de su negocio, los gobiernos no deberían permitir que la industria del tabaco participe en el desarrollo e implementación de políticas y estrategias para enfrentar el comercio ilícito. En este marco, los países deberían adoptar sistemas de seguimiento y rastreo de productos de tabaco fiables y rechazar el sistema de rastreo y localización CODENTIFY© desarrollado por la industria del tabaco. Este sistema no sólo es ineficaz para el seguimiento y localización de los productos de tabaco, sino que su uso violaría los artículos 5.3 del CMCT de la OMS y el Art. 8 del Protocolo de Comercio Ilícito de la OMS.
[1]Drew C. La unidad de RJR Nabisco admite contrabando. New York Times. 23 de diciembre de 1998.
[2] Marsden W. La multa por contrabando fue una ganga. The Montreal Gazette. 8 de septiembre de 2008.
[3] Joosens L, M. Raw, Cerrar el grifo: La solución real al contrabando de cigarrillos. Int J Tuberculosis and Lung Disease. 2003. 7 (3): 214-22.
[4]Smith KE, Savell E, Gilmore AB. What is known about tobacco industry efforts to influence tobacco tax? A Systematic Review of Empirical Studies. Tobacco Control. 2013; 22(2):144-53.
[5]Armendares PE, Reynales Shigematsu LM. Política fiscal y control del tabaco: una oportunidad única para beneficiar a la salud pública y al erario. Salud pública de México. 2006; 48:s167-s72.
[6]Rowell A, Evans-Reeves K, Gilmore AB. Tobacco industry manipulation of data on and press coverage of the illicit tobacco trade in the UK. Tobacco Control. 2014; 23(e1):e35-e43.
[7]Stoklosa M, Ross H. Contrasting academic and tobacco industry estimates of illicit cigarette trade: evidence from Warsaw, Poland. Tobacco Control. 2013:tobaccocontrol-2013-051099
[8]Saloojee Y, Dagli E. Tobacco industry tactics for resisting public policy on health. Bulletin of the World Health Organization. 2000;78(7):902-10
[9]LeGresley E, Lee K, Muggli ME, Patel P, Collin J, Hurt RD. British American Tobacco and the “insidious impact of illicit trade” in cigarettes across Africa. Tobacco Control. 2008;17(5):339-46
[10] Ministerio de Salud, Panamá. Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (GATS), Panamá 2013.
[11] Capital Financiero. El 84% del comercio de cigarrillos en Panamá es ilícito. 2014.
[12] Doward J. BAT fined for oversupplying tobacco in low-tax European jurisdictions. The Guardian. November 2014.
[13] Philip Morris International. Confronting cigarette contraband. Philip Morris International Document, 2003.
[14]Ramos A, Illegal trade in tobacco in MERCOSUR countries. CIET, 2009 y Walker Gevara M, et al. Smuggling made easy. Landlocked Paraguay emerges as a top producer of contraband tobacco. The Center for Public Integrity, 2009.