Así lo refleja un estudio realizado por FIC Argentina. Desde la organización ven como «un buen comienzo» la medida de aumento de los impuestos internos a los cigarrillos tomada por el gobierno pero alertan sobre la necesidad de aprobar una ley que garantice la eficacia de la medida fiscal para proteger la salud pública y su sustentabilidad en el tiempo.
(Buenos Aires, 2 de mayo de 2016). La Fundación Interamericana del Corazón realizó una investigación que reflejó que un alza de impuestos al tabaco que se traslade en un aumento del 50% del precio real de los cigarrillos, reduciría un 15% el consumo de tabaco y aumentaría en $17.400 millones de pesos adicionales la recaudación anual del Estado. La recaudación incluso continuaría aumentando ante un incremento de los cigarrillos de más del 200% del precio actual.
El estudio, realizado en abril de este año, buscó conocer el efecto de una política de aumento de impuestos y precios a los productos de tabaco en el consumo con el objetivo de reducir el tabaquismo y su impacto sanitario, económico y social. Para ello, a partir de datos de demanda y precios de venta, se simuló el impacto que provocaría un aumento de precios de los cigarrillos en el consumo y en la recaudación fiscal. Los resultados arrojaron que, teniendo en cuenta que el consumo actual de tabaco es de 63 paquetes per cápita por año, un aumento del 50% del precio real de los cigarrillos, generaría una reducción del consumo a 54 paquetes, es decir, reduciría el consumo de tabaco aproximadamente en un 15%. De esta manera, el estudio confirma lo que han demostrado numerosas investigaciones previas: el aumento de los impuestos al tabaco, cuando genera aumentos de precios, reduce el tabaquismo y protege la salud.
En el día de hoy se publicó en el Boletín Oficial el decreto 626/2016, el cual establece un aumento de impuestos internos a los cigarrillos del 60% al 75%. El decreto se mantendrá en vigencia hasta diciembre de 2016 y deberá ser aprobado por el Congreso de la Nación. En relación a esta reciente medida anunciada por el Ministerio de Hacienda y Finanzas, Germán Rodríguez Iglesias, economista de FIC Argentina, indicó: «Es promisorio que el Poder Ejecutivo decida aumentar los impuestos internos a los cigarrillos del 60% al 75%, ya que se trata de impuestos coparticipables y los más eficientes para aumentar el precio, proteger la salud y aumentar la recaudación, tanto del Estado Nacional como de las provincias. La investigación que realizamos en FIC Argentina refleja que el aumento de impuestos internos es la estrategia más adecuada en este sentido. Sin embargo, será necesario que el Poder Ejecutivo envíe un proyecto de ley al congreso que además del aumento, garantice ciertos criterios esenciales para que la política sea efectiva en el mediano y largo plazo. Uno de ellos es la puesta en funcionamiento por parte del Estado de un mecanismo de actualización de los precios para evitar que la inflación y el crecimiento de los ingresos licuen el impacto sanitario de la política. Por otro lado, la medida debe contemplar la reducción de la brecha de precios entre marcas y aplicarse a todos los productos de tabaco (no solo a los cigarrillos) para evitar la sustitución por marcas más baratas u otros productos, como tabaco para armar. Por último, es clave que el Estado acompañe esta medida con un adecuado control y fiscalización, independiente de la industria, que garantice la protección de la recaudación y brinde datos fidedignos de contrabando que la industria suele exagerar y manipular».
El consumo de tabaco produce 40.591 muertes por año en nuestro país. Es la primera causa de muerte prematura y evitable y golpea más fuertemente a los grupos más vulnerables. El aumento de precios de los productos de tabaco vía impuestos impactaría en una reducción de las enfermedades y muertes directamente atribuibles al tabaquismo. Según un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, un aumento del 50% del precio real de los cigarrillos evitaría más de 25.000 muertes, 42.000 infartos, 11.000 nuevos cánceres y 15.000 accidentes cerebrovasculares (ACV) en diez años.
«La medida anunciada por el gobierno es un paso importante pero debemos estar muy alertas ya que es sólo el inicio de un proceso. Ante escenarios similares en otros países, la industria tabacalera ha desplegado agresivas estrategias para boicotear esta medida a través del uso de clásicos argumentos falaces sobre contrabando y daño a las economías regionales. Ambos argumentos, contrarios a lo que demuestra la evidencia, ya han sido difundidos durante el fin de semana por la Cámara de la Industria del Tabaco en nuestro país pero no han sido respaldados por datos comprobables», señaló Verónica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina. Y agregó: «Es necesario subrayar que se trata de una medida de gran importancia para incentivar a las personas a que dejen de fumar, prevenir el inicio de la adicción en los niños, niñas y adolescentes y reducir los costos sanitarios del tabaco. Enredar la información del aumento de los impuestos al tabaco con otros aumentos de tarifas o con la inflación, es una estrategia de la industria tabacalera para confundir a la opinión pública y esconde el verdadero propósito de la medida que es bajar el consumo de tabaco para proteger el derecho a la salud y reducir el circulo vicioso de la pobreza – enfermedad».
Los impuestos al tabaco son una importante fuente de ingresos fiscales y han sido establecidos como una oportunidad para fortalecer el desarrollo sustentable y reducir la pobreza. En nuestro país la política cuenta con amplio apoyo: 8 de cada 10 personas apoyan el aumento de impuestos como una medida para proteger la salud e incluso 6 de cada 10 apoya que el precio de los cigarrillos se duplique.
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