El miércoles 27 de diciembre la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de reforma tributaria que, en uno de sus capítulos, establece una baja de los impuestos internos a los cigarrillos del 75% al 70%.
Se trata de una medida regresiva en la protección del derecho a la salud ya que en mayo de 2016, a través de la sanción del decreto 626/2016, se estableció un incremento de los impuestos internos a los cigarrillos del 60% al 75%. Dicho decreto fue prorrogado a través del decreto 15/2017 hasta diciembre del 2017.
Estas medidas generaron un aumento en el precio de los cigarrillos y tuvieron un impacto positivo en la protección de la salud. Según una encuesta realizada por FIC Argentina a 1400 personas residentes en grandes aglomerados de nuestro país, tras la suba en los precios de los cigarrillos que tuvo lugar en mayo del año 2016, 4 de cada 10 fumadores modificó su comportamiento de consumo. Entre los principales cambios se destacan una reducción en la cantidad de cigarrillos consumidos, el cambio a paquetes de menor cantidad de cigarrillos y el reemplazo por marcas más baratas.
Los resultados de esta encuesta, así como la experiencia de países como Panamá y Costa Rica que han avanzado en políticas fiscales sobre productos de tabaco, reflejan que el incremento de los impuestos a los cigarrillos es la medida más costo-efectiva para luchar contra la epidemia del tabaquismo y proteger la salud de la población. Nuestro país perdió una gran oportunidad de avanzar en este sentido.
El tabaco es responsable de más de 44.000 muertes al año que podrían ser evitadas. En la Argentina aún fuma 1 de 4 adultos y la edad de inicio al consumo se sitúa entre los 12 y 13 años según el Ministerio de Salud de la Nación.