Así lo refleja una encuesta realizada por FIC Argentina que buscó conocer la opinión de la población de los principales centros urbanos del país acerca de la posibilidad de aumentar los impuestos y precios del tabaco con el objetivo de reducir el tabaquismo y su impacto sanitario, económico y social. La medida cuenta con amplio apoyo en todas las jurisdicciones alcanzadas y en todos los niveles socioeconómicos y edades.
(Buenos Aires, 2 de julio de 2015). Una encuesta de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina, ejecutada por MFG Consultores sobre una muestra de 1900 personas mayores de 18 años que residen en los 6 centros urbanos más grandes del país, demostró que el 84% de la población apoya la implementación de aumentos de impuestos y precios de los productos de tabaco para desincentivar el consumo y proteger la salud pública. Entre las personas que fuman el apoyo también fue elevado: alcanzó el 78%.
La encuesta, realizada durante el mes de mayo de este año en Ciudad de Buenos Aires, La Plata, Conurbano Bonaerense, Córdoba y Gran Córdoba, Rosario y Gran Rosario, Mendoza y Gran Mendoza y Tucumán y Gran Tucumán, también reflejó que ante un significativo aumento del precio de los cigarrillos, un 63% de los fumadores actuales modificaría sus hábitos de consumo fumando menos o dejando de fumar. Este porcentaje es mayor en la población de nivel socioeconómico bajo que es el más sensible a los aumentos de precios, respecto de la población de nivel socioeconómico alto (66,3% versus 54,8%, respectivamente). El 68,5%, además, apoya aumentos que al menos dupliquen el precio de los paquetes de cigarrillos, cifra que asciende a 75,5% entre los ex fumadores.
A su vez, los datos reflejan que existe un amplio conocimiento sobre el impacto de esta política de control de tabaco: 2 de cada 3 personas considera que esta medida reduce el inicio del consumo de tabaco en niñas y niños, ayuda a los actuales fumadores a abandonar el consumo, aumenta la recaudación fiscal y ahorra costos para el sistema de salud.
“Pudimos observar que la población general apoya la medida porque comprende que los impuestos al tabaco generan cigarrillos más caros y, de esta manera, se reduce el consumo y se salvan vidas. Los impuestos al tabaco, además de proteger la salud, aumentan los recursos para el Estado dado que incrementan la recaudación fiscal“, sostiene Verónica Schoj, directora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina. Y agrega: “La industria tabacalera argumenta que ya son altos los impuestos al tabaco en Argentina, dado que representan casi el 70% del precio de venta al público de los paquetes. Sin embargo, los precios son muy bajos y tenemos unos de los cigarrillos más baratos y accesibles del continente y del mundo. Esto se debe a la falta de una política fiscal de los productos de tabaco que tenga como objetivo proteger la salud de la población”.
Las políticas fiscales que buscan incrementar los impuestos y precios del tabaco han sido reconocidas como la medida más eficaz para reducir el consumo de tabaco y proteger la salud. El principal impacto de esta medida se observa en la prevención del tabaquismo en niñas, niños y adolescentes, especialmente en los de bajo nivel socioeconómico. Según estudios efectuados en la Argentina, si se aumenta 50% el precio real de los cigarrillos, disminuye en 15% el consumo de tabaco en fumadores actuales.
“Debido a la efectividad de esta medida para prevenir y reducir el consumo de tabaco, la industria tabacalera se opone a su implementación a nivel global con el falso argumento de que un incremento en el precio de los cigarrillos conlleva un aumento del comercio ilícito, situación que no necesariamente se ha evidenciado en los países que han implementando medidas fiscales y han controlado el contrabando. En Argentina, esta estrategia de las tabacaleras ya fue detectada semana atrás, cuando referentes de una de las principales empresas se presentaron ante el Ministerio de Salud de la Nación para expresar su preocupación por el comercio ilícito de tabaco“, sostiene Belén Rios, directora del área legal de FIC Argentina. Y añade: “La prioridad es reducir el consumo de tabaco. El comercio ilícito debería controlarse mediante la aplicación de medidas efectivas destinadas a su prevención. Este falso argumento difundido por las tabacaleras de ninguna manera puede constituir un obstáculo para el desarrollo de medidas de salud pública”.
Si bien Argentina avanzó en la implementación de medidas de control de tabaco en los últimos años como los ambientes libres de humo y las restricciones a la publicidad de tabaco, el 25,1% de la población adulta y el 19,6% de los adolescentes de 13 a 15 años aún fuma y 40.000 personas mueren cada año por enfermedades causadas por el consumo de tabaco.
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